jueves, 21 de septiembre de 2023

El precio de publicar ciencia

La investigación se paga casi íntegramente con fondos públicos, pero después la industria editorial se cobra, a costa de esos mismos fondos, enormes sumas por editar el resultado de años de investigación científica y permitir su consulta en bibliotecas o plataformas digitales de pago.

Nuestra sociedad no se puede entender sin la enorme aportación de la ciencia al bienestar humano. Las investigaciones fundamentales sobre el electromagnetismo en el siglo XIX nos permitieron desarrollar la luz eléctrica y las telecomunicaciones. El descubrimiento de la mecánica cuántica a principios del siglo XX condujo al desarrollo del transistor, la electrónica y la química moderna. Los avances en biología y medicina nos permiten hoy en día superar los ochenta años de esperanza de vida, mientras que el descubrimiento de la doble hélice de ADN nos ha permitido curar enfermedades letales. La lista sería infinita, pero nada es gratis.

Los avances no son posibles sin una inversión importante en ciencia básica. En los países desarrollados, el coste de la investigación se sufraga principalmente con fondos públicos y supera con frecuencia el 2.5 % de su producto interior bruto, aunque apenas alcanza el 1.4% en España. Esta inversión, siendo indispensable, no es suficiente para garantizar el progreso científico. En efecto, si dejásemos la ciencia encerrada en los laboratorios, no sería posible la mejora social, hay que hacerla pública. Por eso, hay que añadir también el precio de publicar los trabajos científicos y, además, permitir su acceso a todos los sectores de la sociedad.

Leer "El sangrante precio de publicar ciencia", de Luis González MacDowell (Catedrático de Química Física, UCM), 19/03/2023, theconversation.com/es



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