En 2018, un grupo de financiadores, en su mayoría europeos, dejó en shock al mundo de las publicaciones científicas al proponer una regla sin precedentes: los científicos a los que financien tendrán que hacer que los artículos de revistas que desarrollen con su apoyo sean inmediatamente libres de leer cuando se publiquen.
El nuevo requisito, que entra en vigor a partir de este mes , busca cambiar décadas de tradición en la publicación científica, mediante el cual los científicos publican su investigación en revistas de forma gratuita y los editores ganan dinero cobrando a las universidades y otras instituciones por suscripciones. Los defensores del nuevo esquema, llamado
Plan S, esperan destruir los muros de pago de suscripción y acelerar el progreso científico al permitir que los hallazgos se compartan más libremente. Es parte de un cambio mayor en la comunicación científica que comenzó hace más de 20 años y que recientemente ha cobrado impulso.
Los científicos tienen varias formas de cumplir con el Plan S, incluso pagando a los editores una tarifa para que un artículo esté disponible gratuitamente en el sitio web de una revista o depositando el artículo en un repositorio público gratuito donde cualquiera puede descargarlo. El mandato es el primero de una coalición internacional de financiadores, que ahora incluye 17 agencias y seis fundaciones, entre ellas Wellcome Trust y el Instituto Médico Howard Hughes, dos de los mayores financiadores de investigación biomédica del mundo.
Leer "Open access takes flight", de Jeffrey Brainard, 01/01/2021, en Science
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