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Al igual que los Texas Rangers de antaño que perseguían a las bandas de ladrones de ganado y pistoleros, otro grupo de Texas encabezado por Kathleen Berryman persigue a otro tipo de delincuentes: los estafadores en el salvaje oeste de las estafas por correo electrónico.
Pero los estafadores a los que Berryman sigue la pista llevan a cabo un sofisticado plan dirigido al único grupo de personas que uno pensaría que lo conoce mejor: los científicos.
La estafa es sencilla: Crear una revista académica falsa y animar a los científicos a que envíen sus trabajos a ella. Cuando lo hacen, solicitan a los investigadores que les paguen cientos de dólares en concepto de honorarios. A continuación, recaudan hasta 150 millones de dólares, según algunas estimaciones (la mayor parte suministrada por los contribuyentes), sin hacer nada por el avance de la ciencia y perjudicándola bastante.
Leer "A la caza de revistas científicas falsas que no cumplen las reglas", por Bradley Allf, en www.chicagotribune.com