Fotografía de VVK-LERU |
El brote del coronavirus es un ejemplo perfecto de cómo los datos abiertos pueden ayudar a abordar un problema global importante, esto provocó una discusión en la celebración del Data Summit en Paris del pasado 28 de enero, donde nueve redes universitarias mundiales firmaron la Declaración de la Sorbona prometiendo desarrollar sistemas de recompensa apropiados para los académicos que hagan que sus datos estén abiertos y accesibles.
No todos los datos de la investigación pueden estar abiertos, porque gran parte, como los datos del paciente, contienen información personal que sería inapropiada para compartir. En este sentido, los datos abiertos son diferentes de las publicaciones de acceso abierto, donde los debates actuales se centran en hacer que se abra toda la producción de un editor, en lugar de ser parte de ella.
El desafío para las universidades es adoptar el modelo FAIR data, y crear repositorios de datos de investigación institucional en los que los datos puedan ser conservados y almacenados a largo plazo, tan "abiertos como sea posible, tan cerrados como sea necesario". A su vez, debe haber especialistas en datos para ejecutar y administrar el servicio.
Leer "The risks of not sharing data are greater than the costs", 08/02/2020, de Paul Ayris, en www.timeshighereducation.com
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