Para que un programa se considere de código abierto no basta con facilitar el acceso al programa compilado, sino también a todo el código fuente.
Como en cualquier disciplina, la ciencia abierta en inteligencia artificial es la única manera de garantizar la reproducibilidad y la transparencia y, por tanto, su avance público y su uso coherente con principios colaborativos, acumulativos y en beneficio de la humanidad.
La gran mayoría de quienes se dedican a la investigación en ciencias de la computación cree en la publicación de sus avances siguiendo estos principios. El código abierto es uno de los elementos importantes –aunque no el único– de cualquier herramienta informática que quiera fomentar el avance científico.
Especialistas de este área de conocimiento han ido creando diversas organizaciones sin ánimo de lucro para definir con precisión en qué consiste la investigación y el desarrollo en su ámbito.
Por ejemplo, en 1998, se fundó la Iniciativa para el código abierto (Open Source Initiative, OSI), y su definición de código abierto (open source) es el estándar internacional más aceptado.